5 pasos para empezar el negocio
"Dirijo un gran grupo igual que un pequeño empresario dirige un negocio familiar, sin dejar de ser sensible" "No me propuse edificar un imperio, sino algo que me gustara y me sirviera para pagar facturas"
A menudo se me pregunta si a lo largo de mi carrera he descubierto un secreto (o al menos una respuesta coherente) para crear negocios con éxito.
Así que he reflexionado bastante sobre lo que caracteriza a tantos proyectos logrados por Virgin y, de modo importante, sobre lo que falló cuando no lo hicimos bien. Tras cuarenta años de cavilaciones, he llegado a cinco secretos.
1) DISFRUTAR CON LO QUE SE HACE
Iniciar un negocio supone un trabajo enorme y consume muchísimo tiempo, un tiempo que se podría disfrutar más de otro modo. Cuando empecé Virgin en un sótano del oeste de Londres, no me propuse edificar un imperio empresarial, sino crear algo que me gustara y que me sirviera para pagar las facturas. No hubo gran plan ni gran estrategia. El propio nombre salió sin pensarlo. Una noche estaba charlando y tomando unas copas con unos amigos y decidimos llamar nuestro grupo Virgin, ya que todos éramos nuevos en el mundo de los negocios.
Sonaba bien y cuajó. Para mí, crear un negocio es hacer un proyecto del que estar orgulloso, unir a personas con talento y crear algo que supondrá una diferencia en la vida de otras personas. Un empresario no es diferente de un artista. Al empezar se enfrenta a un lienzo en blanco. Del mismo modo que un buen artista debe colocar correctamente en la tela todos los detalles, también el empresario debe ocuparse de todas las minucias para tener éxito cuando se inicia en los negocios. Sin embargo, a diferencia de una obra de arte, el negocio nunca está acabado. Siempre evoluciona. Si un empresario se propone dejar una impronta en la vida de los demás y lo consigue, entonces podrá pagar las facturas y será dueño de un negocio de éxito a partir del cual seguir construyendo.
2) CREAR ALGO QUE DESTAQUE
Se tenga un producto, un servicio o una marca, no es fácil empezar una compañía y prosperar en el mundo moderno. En realidad, uno tiene que hacer algo completamente diferente para dejar una huella hoy en día. Analicemos las empresas de mayor éxito de los últimos veinte años. Microsoft, Google o Apple, por ejemplo, sacudieron un sector haciendo algo que no se había hecho antes sin dejar de innovar y se encuentran hoy entre las fuerzas dominantes.
3) ENORGULLECER AL EMPLEADO
Las empresas son, por lo general, un grupo de personas; y ellas representan su mayor activo.
4) SER UN BUEN JEFE
Como jefe, hay que ser un oyente muy atento. Hay que tener claras las ideas, pero carece de sentido imponer las propias opiniones a los demás sin un poco de debate. Nadie tiene el monopolio de las buenas ideas o los buenos consejos. Hay que salir, escuchar a los demás, acercarse a ellos y aprender de ellos. Como jefe, hay que ser también muy bueno alabando a otros.
No criticar abiertamente, no perder los nervios, y prodigar siempre elogios a los colegas por un trabajo bien hecho. Las personas crecen cuando son elogiadas. Por lo general, no es necesario decirles cuándo se han equivocado, porque la mayoría de las veces lo saben. Si alguien no está rindiendo bien, es mejor no despedirlo sin más. Una compañía debería ser realmente una familia. Por ello, es mejor ver si hay otro puesto en la compañía en el que encaje mejor. La mayoría de las veces, se encuentra algo para cada tipo de personalidad.
5) SER VISIBLE
Un buen jefe no se queda pegado detrás de un escritorio. Nunca he trabajado en un despacho, siempre lo he hecho en casa, pero salgo y me encuentro con gente. Parece que estoy viajando todo el tiempo, pero siempre llevo en el bolsillo un cuaderno para apuntar preguntas, preocupaciones y buenas ideas. Si estoy en un avión de Virgin Atlantic, me levanto y voy a ver a toda la tripulación y a muchos pasajeros.
Si estás con unos cuantos miembros de la tripulación de Virgin Atlantic, seguro que te van a dar al menos diez sugerencias o ideas. Si no las escribo, a lo mejor al día siguiente sólo me acuerdo de una. Si las escribo, me acuerdo de las diez. Salgo y saludo a todos los pasajeros y de nuevo me encuentro con personas que han tenido un problema o que tienen una sugerencia. Lo apunto, anoto bien los nombres y las direcciones electrónicas y no dejo de contestar al día siguiente. Por supuesto, intento asegurarme de que nombramos a directores ejecutivos que comparten la misma filosofía.
Así, dirigimos un gran grupo de compañías igual que un pequeño empresario dirige un negocio familiar, sin dejar de ser sensibles y agradables. Cuando se construye una empresa desde cero, la palabra clave durante muchos años es supervivencia. Sobrevivir es difícil. El tiempo y la energía no se dedican a salvar el mundo, sino que hay que luchar para mantener un contacto constante con el gerente y poder pagar las facturas. De modo literal, toda la concentración se centra en la supervivencia. Claro que, si no sobrevives, no conviene olvidar que la mayoría de los negocios fracasan y que las mejores lecciones suelen aprenderse del fracaso. No debe uno desanimarse demasiado. Tiene que volverse a levantar e intentarlo de nuevo.
Richard Branson. Es el fundador de Virgin Group y de compañías como Virgin Atlantic, Virgin America, Virgin Mobile y Virgin Active Traducción: Juan Gabriel López Guix.
Copyright Richard Branson (distribuido por The New York Times Syndicate)